Wednesday, December 30, 2015

"Anita la Brava" por Gracia Villalba

Voy a hablar de un cuento que yo misma creé. 
Se trata de un relato breve en prosa rimada, más o menos. Con esto de más o menos quiero decir que hay rimas, pero no siempre.
Es un álbum ilustrado en el que las imágenes acompañan al texto e incluso aportan más información. Los dibujos tienen más protagonismo en las páginas que el propio texto.
Anita García es una niña de ocho años, pero al igual que todos, no es como cualquier otra. Es un poco patosa, cosa que le puede pasar a todo el mundo, aunque a unos más que a otros. Representa la inseguridad por la que muchas personas pasan cuando se enfrentan a una situación que no controlan demasiado. Se le da mal algo que está bien visto entre las niñas de su edad, como es el ballet, pero ella es patosa en este tipo de baile porque no le llega a gustar mucho. Cuando su amigo Eustaquitito y su abuela le ayudan a valorarse a ella misma, Anita se anima, coge su disfraz de caballero andante y se pone feliz.  Lo más importante de todo el relato es el final, el cuál viene a decir: Lo que los demás piensen, no importa. Hay que ser fiel a uno mismo.
Que a muchas niñas (o a sus padres y madres) les guste el ballet y pongan interés en ello, no significa que todas las niñas quieran hacer lo mismo. El cariño y la curiosidad por descubrir los gustos de los niños y niñas irán acompañados de su seguridad. Reconozco que es una pequeña crítica a los estereotipos de género a los que son sometidas las personas desde temprana edad y a su vez a las estrictas expectativas que se ponen sobre los niños y niñas.
Todo esto se muestra en forma de un breve relato, en el cuál hay poco texto y sintaxis simple. 
Con respecto al carácter formal del texto, ha sido creado gracias a 'Storybird', una aplicación para hacer cuentos y poesías. Es muy interesante, ya que se pueden coger gran variedad de imágenes pertenecientes a diferentes temas e ir combinándolas a nuestro gusto.

Haz click aquí para ver el cuento.

Gracia Villalba


Monday, December 21, 2015

"Glotón, el tiburón"


Érase una vez, una escuela de animales en el mar, a la cual asistían todos los peces del reino del océano. 
Una buena mañana, el pequeño tiburón llamado Glotón fue a la escuela. Era su primer día y estaba muy nervioso, lo que hacía que sus dientes tiritaran e hicieron "tikitikitiki".
Sus compañeros al verle se asustaron y ninguno quiso sentarse en el mismo pupitre con el. 
Además, todos sus compañeros de clase le tenían miedo por su aspecto, porque pensaban que les iban a comer. Era el más grande de la clase y el que más dientes tenía. 
El pobre Glotón pasó el día solito, no jugó con nadie en el patio y ningún compañero quería hacer las tareas con el. Volvió a casa muy triste.
"No quiero volver a ir a la escuela", dijo Glotón a sus padres. 
"No te preocupes, Glotón. Seguro que mañana haces muchos amigos!", dijeron sus padres entusiasmados. 
Glotón le hizo caso a sus padres, y al día siguiente volvió a ir a la escuela. Pero nada cambió, seguía estando solo y triste. 
De repente salió de la nada una red gigante!
"Oh! No! Son los pescadores! Estamos atrapados!", dijo Sardina Marina.
Glotón al ver que todos sus compañeros estaban en peligro, pensó, "Ya lo tengo! Con mis grandes y afilados dientes, daré un mordisco a ésta red, y a todos liberaré!"
Glotón empezó a morder la red. Sus compañeros al verle, comenzaron a morderlo también. Finalmente, la rompieron y consiguieron liberarse.
Sardina Marina estaba emocionada al ver que todos juntos habían conseguido romper la red.
"Glotón no es feroz, aunque lo parezca. Tenemos que conocer a la gente antes de juzgarla", dijo Sardina Marina. 
Y desde aquel día, Glotón nunca se sentía solo ni triste, y todos sus compañeros fueron amigos y no juzgaron ni excluyeron a ningún compañero más.

Laura Agüado Castaño
Karmina Baulhassani
Laura Hernanz Aparicio
Laura Sánchez Cruz 
Eva Segura Hernandez
Gracia Villalba Casadevante 

Friday, December 18, 2015

"Elmer" de David Mckee


Elmer no es como los otros elefantes de su manada. Aunque parezca difícil de creer, es un elefante de mil colores: verde, azul, blanco, rosa, amarillo... !Impresionante!, ¿verdad? Pero a Elmer no le hace ni pizca de gracia ser así, más bien está harto de ser distinto, así que un día decide escaparse de la manada y buscar un remedio para poder tener el mismo color se piel que los demás.

Este cuento, aunque parezca muy simple, no lo es. Tiene mucho que enseñar, de lo más básico a lo más complejo. Tienen colores y animales, pero también educa sobre la tolerancia, la diversidad y el compañerismo. Incluso me atrevería a decir que habla de la autoestima.
Nos enseñan la importancia de ser tú mismo, si no lo eres, todo lo de tu alrededor cambia.

El libro es de tapa dura con 32 páginas divertidas y llenas de colores. Los dibujos son grandes y complementan al texto. Esto hace un libro perfecto para niños de +3 años.

Sigo insistiendo en que leer libros es mejor que leerlo por Internet, pero no todos nos lo podemos permitir, por lo que dejo el cuento abajo:

Había una vez una manada de elefantes. Había elefantes jóvenes, elefantes viejos, elefantes gordos, elefantes altos o elefantes flacos. Elefantes así y asá, todos diferentes, pero todos felices y del mismo color. Todos... menos Elmer.
Elmer era distinto. Elmer era multicolor. Elmer era amarillo. Y naranja, y rojo, y rosa, y morado, y azul, y verde, y negro, y blanco.
Elmer no era de color elefante.
Y era precisamente Elmer el que hacía reír a los demás elefantes. Unas veces Elmer les gastaba bromas y otras veces ellos se las gastaban a él. Elmer era el responsable de casi todas las sonrisas de sus compañeros de manada.
Una noche Elmer no podía dormir porque se puso a pensar, y el pensamiento que estaba pensando era que estaba harto de ser diferente.
"Quién ha oído nunca hablar de un elefante de colores", pensó.
"Por eso todos se ríen cuando me ven".
Por la mañana temprano, antes de que la manada terminara de despertarse, Elmer se marchó, sin que nadie se diera cuenta. Caminando por la selva, Elmer se cruzó con muchos animales.
Todos le decían:
"-Buenos días, Elmer"
Y Elmer siempre sonreía y respondía:
"– Buenos días."
Después de una larga caminata, Elmer encontró lo que buscaba: un gran arbusto. Un arbusto enorme repleto de bayas; bayas de color elefante. Elmer cogió el arbusto con la trompa y lo sacudió una y otra vez para que las bayas se desprendieran de las ramas.
Cuando el suelo estuvo cubierto de bayas, Elmer se tumbó y empezó a rodar una vez y otra vez, para un lado y para el otro, y vuelta a empezar.
Luego fue cogiendo racimos de bayas y fue frotándose todo el cuerpo con ellos hasta que no quedó ni rastro de amarillo, de naranja, de rojo, de rosa, de morado, de azul, de verde, de negro o de blanco.
Cuando terminó, Elmer tenía el aspecto de cualquier otro elefante.
Entonces, Elmer emprendió el regreso hacia la manada. Por el camino, se volvió a cruzar con los demás animales. Pero está vez, todos le decían: – Buenos días, señor elefante. Y Elmer sonreía y respondía, contento de que no le reconocieran: – Buenos días –.
Cuando Elmer llegó donde los demás elefantes estaban, todos descansaban tranquilamente. Ninguno de ellos se dio cuenta de que era Elmer quien se abría paso hacia el centro de la manada.
Al cabo de un rato, Elmer se dio cuenta de que algo raro sucedía. ¿Pero qué? Miró a su alrededor: la misma selva de siempre, el mismo cielo azul de siempre, la misma nube de tormenta que iba y venía de siempre, y por último, los mismos elefantes de siempre. Elmer se los quedó mirando. Los elefantes no se movían en absoluto; Elmer nunca los había visto tan serios. Y cuanto más miraba a aquellos elefantes serios, quietos, y callados, más risa le entraba. Al final, no pudo aguantarse más. Levantó la trompa y gritó con todas sus fuerzas: ¡¡¡ Buuuh!!!
Los elefantes quedaron patidifusos.- ¡Por todas las trompas!-exclamaron mientras Elmer se partía de risa. -¡Elmer! Seguro que ha sido Elmer-. Y todos los elefantes rompieron a reír como nunca antes lo habían hecho
Y mientras se reían, empezó a llover. A medida que las gotas de lluvia caían sobre Elmer, iban dejando al descubierto sus colores. La lluvia ya había limpiado a Elmer por completo, y los elefantes aún seguían riéndose.
"- Elmer- dijo un viejo elefante, entre carcajadas-, nos has gastado muchas bromas, pero esta ha sido la más divertida".
"-Tenemos que conmemorar este día todos los años-" sugirió otro.
–Será el Día de Elmer. Todos los elefantes se harán dibujos en la piel y Elmer se pintará de color elefante.
Y eso es precisamente lo que hacen.
Un día al año, se pintan de colores y desfilan.
Ese día, si por casualidad ves un elefante con la piel de color elefante, seguro que es Elmer.

Karmina Baulhassani

Tuesday, December 8, 2015

"Mamá fue pequeña antes de ser mayor" de Valérie Larrondo



Valérie Larrondo nos escribe este gracioso libro con las ilustraciones de Claudine Desmarteau, por la editorial Kókinos. Como nos dice el título, "Mamá fue pequeña antes de ser mayor", pero cuando era pequeña no era un "monstruito", no hacía travesuras. 
En el libro cuentan como las mamás siempre se comían toda la comida, nunca metían el dedo en la nariz, nunca tiraban de la cola al perro, nunca decían palabrotas, se cepillaban los dientes, nunca pintaban las paredes, etcétera. Pero cuando abres el libro, se ve algo diferente. 



Este libro es perfecto para niños a partir de 3 años. Es de tapa dura y tamaño mediano, lo que hace que el niño puede sujetar el libro por sí sólo. Las ilustraciones son grandes y se entienden con facilidad, además predominan sobre el texto, explicando el cuento de otro punto de vista. 
El cuento no es sólo divertido sino que, subconscientemente, puede crear otro vínculo con los padres, ya que los niños pueden ver que no sólo son adultos sino que, anteriormente, han sido niños también como ellos y han hecho lo que ellos hacen ahora. 

Siempre recomiendo comprar libros en vez de verlos por Internet. El poder tocar el libro, pasar las páginas manualmente, verlo directamente y no a través de una pantalla hace la experiencia totalmente diferente. Desafortunadamente, no siempre se puede hacer, por lo que os dejo el enlace del libro aquí.

Karmina Baulhassani.